Como ya sabeis, este próximo mes de Mayo tenemos prevista una nueva salida herpetológica a Marruecos, para disfrutar de la observación y fotografía de los reptiles y anfibios de la región.
A continuación, os dejamos un resumen del anterior viaje que llevamos a cabo durante el mes de Agosto de 2013. Esperamos que os resulte de interés.
El tour herpetológico del pasado mes de
agosto, resultó toda una aventura, con la participación de nuestros cuatro
aguerridos participantes (Miguel, Susana, Marc y Miguel), que hicieron de
nuestra estancia en Marruecos unos días inolvidables.
Comenzamos nuestro periplo en la región de
Agadir, visitando el Parque Nacional Souss-Massa, una parada intermedia que nos
permitía dividir el camino hacia uno de nuestros principales objetivos más al
sur. La visita nocturna nos deparó el encuentro con alcaravanes, zorros y
nuestro primer herpeto, el sapo mauritánico (Bufo mauritanicus). Por la mañana, disfrutamos del paisaje del Oued
(río) Massa, antes de dirigirnos hacia el sur.
Gecko |
Víbora bufadora joven |
Sapo mauritánico
En el área de Tan-Tan, pasamos tres días
muy productivos. Desde nuestro imponente alojamiento, el Ksar Tafnidilt en
pleno desierto, recorrimos los alrededores durante la primera noche para
habituarnos al lugar y descubrir los primeros reptiles. El día siguiente en
nuestro tránsito por la carretera, oteamos su perímetro y escudriñamos las arquetas
de la conducción de agua, para liberar a animales como la serpiente látigo, que
por desgracia quedan atrapados en estas construcciones. En la desembocadura del
Oued Draa disfrutamos de un espléndido paisaje y un refrescante baño en el
océano. Por la tarde recorrimos parte de los acantilados costeros de la
carretera hacia Tarfaya, hasta la desembocadura del Oued Chebeika, una tarde
impresionante por los indescriptibles paisajes. Por la noche recorrimos de
nuevo el territorio para observar la mayoría de las especies detectadas en este
territorio. Geko de casco (Tarentola
chazaliae), Geko elegante (Stenodactylus
stenodactylus), Víbora bufadora (Bitis
arietans), Serpiente látigo (Psammophis
schokari), Culebra de cogulla (Macropotodon cucullatus), Salamanquesa del Draa (Tarentola bohemei), lagartija dorada (Acanthodactylus aureus), escorpiones,
rata canguro, liebres, escarabajo tigre, fueron los encuentros más interesantes
con la fauna del lugar a lo largo de esos días.
Costa sur |
Serpiente látigo |
dromedario |
Al día siguiente nos dirigimos hacia el
área de Guelmim, territorio de los hombres azules del desierto, ubicado más al
norte, entre Tan-Tan y Agadir. Un agradable baño en la piscina de nuestro
agradable alojamiento, Fort Bou Jerif, el buen trato recibido y el
descubrimiento de un camaleón (Chamaeleo
chamaeleon), nos hizo olvidar el sofocante viento con el que nos encontramos unos kilómetros antes,
donde paramos a observar galápago leproso (Mauremys
caspica), culebra viperina (Natrix
maura), rana verde norteafricana
(Rana sahárica) y sapo verde (Bufo
viridis). Por suerte, al aproximarnos a la costa, las temperaturas se
vuelven más soportables. En el recorrido nocturno por la carretera hacia playa
Blanca, contemplamos una impresionante víbora bufadora, lamentablemente recién
atropellada minutos antes.
En la carretera hacia Guelmim, capturamos
agama (Agama briboni), varias hembras
de vivos colores, y un lagarto de cola espinosa (Uromastyx acanthinurus) precioso. Qué caras de estar realmente
disfrutando mientras corríamos detrás de los reptiles, que finalmente se
dejaron fotografiar. Tras ser devueltos
a la puerta de su cubil, continuamos nuestro camino.
Atravesamos el Atlas para recorrer un
paisaje totalmente diferente al desierto costero, la montaña, atravesando una
de las carreteras más bellas del país, por el puerto de Tizi n´Test, a 2.092 metros de
altitud. No nos podíamos ir de Marruecos sin encontrar tortuga mora (Testudo graeca) y adentrarnos en los bosques de argán,
admirando un territorio salpicado de llamativas aldeas enclavadas en asombrosos
parajes de montaña.
Ya muy tarde, pudimos llegar a Marrakech y
asombrarnos con el bullicio nocturno de la plaza Djemaa el Fnaa, con sus
puestos de comida, carros de zumo de naranja, vendedores ambulantes,
danzarines, músicos, …
A la mañana siguiente aún quedaban fuerzas
para pasear por las callejas de la medina, regatear en los puestos del zoco y
en definitiva, impregnarse de la esencia de la vida en el norte de África. La
comida con la visión de la plaza más emblemática de Marruecos, nos despidió de
esta emocionante aventura que a pesar de los recorridos nocturnos, las pocas
horas de sueño, las muchas de coche y alguna que otra desventura como tener que
empujar el vehículo por la arena, no desdibujó la sonrisa de nuestros acompañantes.
Participantes que junto a los paisajes,
los contrastes, las comidas, el buen trato recibido, y los llamativos animales
encontrados, han hecho de este viaje una experiencia para repetir.
tortuga mora |
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